miércoles, 30 de junio de 2010

Sonido Infinito...

Hay una especie de compañía que no sólo alienta y nutre al espíritu, sino que sutilmente invade los espacios sin ser vista... Percibirla es un regalo a los sentidos.

Sonido InfinitoNo nació para captarse con los ojos… aunque sí para sentirla con el corazón y las despiertas fibras del alma. Acompañante sutil, está ahí sin que la veas, tocando a tu interior a través del oído y la puerta abierta del espíritu…
Esa magnífica compañera es la música, y existe una forma de poder disfrutar de ella, sin preocuparte de tener que estar cambiando los cd’s: ¡conectarte simplemente, por Internet, a RADIO INFINITO!

Proyecto muy especial de radio, generado por Javier Aguilar, argentino, músico él mismo, creador, súper sensible, y con el ánimo de compartir al mundo ese gran regalo que es la música de todos los tiempos y de todas las culturas.

Pop, celta, clásico, new age, gospel, étnico, mantras, melódico... lo que prefieras, está ahí! Todo estilo, toda corriente musical se sintoniza en ese cuadrante para hermanar los corazones y llevarles a infinitas esferas de sonora paz y armonía…

Aquí tienes el link. Sintoniza con ellos cada vez que tu corazón te pida conectar con tu interior...

RADIO INFINITO
http://radioinfinito.blogspot.com/

martes, 29 de junio de 2010

Bendecirás

Por Julio Andrés Pagano
Bendecirás

El tramo final de todo cierre de ciclo siempre es revelador. Es aquí cuando la ilusión hace gala de su astucia y te lleva a suponer que permanecer despierto duele y es mejor refugiarse en la aparente felicidad de la inconsciencia. Mientras el aleccionador escenario mundial se acelera y oscurece, simulando que el camino de ascensión se truncó, una poderosa enseñanza llega para unirnos, sentirnos y elevarnos en la bella y sabia luz del amor. Tu espíritu celebra. Bendecirás.

Puede que este entorno lúgubre y febril no esté a la altura de tus expectativas terrenales, sin embargo tu ser interno lo honra y agradece. Religar implica integrar todas las partes, sin hacer excepciones. Estamos en el mágico salón de los espejos, en donde cada uno sana bendiciendo lo que le permitió experimentar la dualidad, pues sin esas vivencias la vida no hubiese sido tan provechosa y profunda. Reconocer y aceptar implican crecer y sanar en la luz de la consciencia.

Lo que está fuera es un fiel reflejo de cómo somos por dentro, por eso bendecir es la tarea que ahora nos llama a continuar evolucionando. Personas y circunstancias que hubiésemos querido olvidar se vuelven a presentar para que curemos viejas heridas y ganemos en comprensión. En vez de maldecir, afianzado en tu corazón bendecirás a quienes te han enseñado por medio del sufrimiento. Bendiciendo transmutamos el dolor, reinstaurando en la Tierra el reino del amor.

Aunque en estas instancias no lo parezca, el juego de la vida es supremo. Todo está dispuesto para olvidar e interactuar como si fuésemos extraños. A quien llamaste inhumano, explotador, egoísta, abusador, cruel, despiadado o hereje, fue al vivo reflejo de un aspecto inconsciente de tu Ser, que se materializó en otro cuerpo para que puedas contemplarlo en su tangible falta de amor. Despertando recordamos por qué encarnamos, y así volvemos a religarnos amándonos.

Siendo consciente de tu poder co-creador, sabrás que no hay errores. El denso velo del olvido nos arropó en una danza maestra de intensas luces y sombras, cuyos contrastes generaron la supuesta división. Fue cerrando el corazón que edificamos fronteras, inventamos banderas y todo lo que nos llevó a soñar que la Unidad nunca existió. Ahora despertamos, fusionándonos por obra divina en cada bendición. Somos Uno coexistiendo en la gracia del amor. Bendecirás.

Este taller trae luz a tu vida:

http://www.proyecto-despertar.com.ar/prq_taller.htm

Hay más mensajes en:

http://www.proyecto-despertar.com.ar/notas.htm

miércoles, 23 de junio de 2010

La Danza de las Ilusiones...

La Danza de las IlusionesEntrelazadas, inseparables, tejiendo con sus movimientos una enmarañada tela, las ilusiones danzan alocadamente, siguiendo el ritmo que les marca la Vida para lograr el espectáculo de la realidad.

Danzan y danzan, hermanadas las unas a las otras. De pronto, una de ellas sale del círculo y dice:

--Esperen, esperen, estoy un poco cansada, la Ilusión de la Alegría tiene también sus limitaciones. Cuando los hombres reciben lo que ellos llaman una buena noticia, súbitamente se revisten de mí y me hacen danzar hasta el cansancio. Como yo también soy muy humana, me desvanezco pronto para dejar lugar a mi hermana la Ilusión de la Tristeza, porque a una buena noticia no necesariamente suceden hechos agradables.

--Es cierto –comenta a Ilusión de la Tristeza-, saliendo a su vez del círculo. El hombre me hace cantar entonces con mi lira las tonadas más melancólicas y tristes, hasta que llega la Ilusión de la Tranquilidad, por una ventana, a ocupar mi lugar. Envuelve al hombre y le hace sentirse en paz por unos momentos pero, al fin hermana nuestra, la Tranquilidad es también muy inestable, sigue su danza y pronto lo abandona; él se aferra entonces a cualquier otra ilusión que asome por su casa. Tal vez sea la Ilusión del Fastidio, la Ilusión del Desengaño o una nueva Ilusión de Euforia.

Nosotras, las ilusiones, somos tantas y tan sutiles, que en ocasiones apenas se nos puede ver, pero todas nos unimos para engañar al hombre. El no se da cuenta y se deja caer en nuestros brazos, nosotras podemos hacerlo trizas si queremos. Jugamos con él como con un bebé. Venimos todas de su mente de deseos. Las ilusiones no somos más que deseo de realidad. Como el hombre no conoce verdaderamente la realidad, las ilusiones seguimos nuestra danza cotidiana, la cual no cesará sino hasta que él se dé cuenta de lo real verdadero, y aminore nuestro ritmo. Cuando el hombre haya tomado las riendas de su conciencia, dejará de ser arrastrado por nosotras.

--¿Crees que eso sea posible?- pregunta de pronto un hombre que había estado observando la danza de las ilusiones.

--Sí –contesta la Ilusión de la Tristeza-, nosotras no vivimos más que en tanto el hombre permanece adormecido y ciego.

--¿Es acaso, entonces, que la existencia de ustedes es vana? –pregunta una vez más el espectador.

--No vana, precisamente –responde la ilusión. Somos necesarias al igual que todo es necesario en la existencia. Somos el paso que hay que trasponer para llegar a un peldaño más alto. Mira, si tú no te hubieras dado cuenta de que existimos, y de nuestra interminable danza, no hubieses podido llegar a la conclusión de que hay otra realidad. El hombre tiene un cuerpo mental de deseo –el Kama Manas de los hindúes-, pero también tiene otro cuerpo mental, el mental desprendido de deseo, el Manas, dentro del cual el hombre sabio debe orientar su búsqueda. Ahí hallará otra ronda de ilusiones o deseos tales como el buscar la verdad o el bien de la humanidad.

En la ronda inferior de nuestra danza, no encontrará más que las ilusiones propias a los deseos de algo que es efímero y pasajero. Nosotras, encerrándole en nuestro círculo, le damos la ilusión global de una “realidad” que no puede ser tal, puesto que es movible y pasajera. El hombre debiera entonces librarse de este círculo de ilusiones para que pueda vislumbrar otras danzas en otras esferas más elevadas…

Cae entonces un largo y profundo silencio.

--Y ahora –se pregunta finalmente el espectador-, ¿cómo saber si no he sido atrapado, a mi vez, por la más terrible de las ilusiones: la Ilusión de la Soberbia… la ilusión de haberlo comprendido todo?

Elvira G.

® Derechos Reservados.

martes, 22 de junio de 2010

Más allá del horizonte

Por Julio Andrés PaganoMás allá del horizonteQue tu cálida luz cristalina se extienda más y más.

Algo parecería haber fallado. Nos muestran que el aire sigue plagado de miedo y desconsuelo. Los cuestionamientos no se diluyen. La sensación de incertidumbre se expande. ¿Acaso los guías se están retirando? ¿Estamos asistiendo a la noche oscura del alma?

Nada sucede por error, calma. Estás empezando a caminar sin ayuda, es sólo eso. Nadie te abandonó. Estás experimentando el acto más grande y puro de amor. Hoy sueltan tu mano porque saben que creciste. Es hora de que confíes en tu guía interior. Llegó el momento de que tu fe se multiplique, para que tu luz se esparza más allá del horizonte.

No importa de qué manera esta carta llegue a tus manos, fue escrita sólo para vos. Sentí su vibración. Este mensaje llegará al centro de tu alma. Tu espíritu le dará paso, sabe que lleva la fuerza de mis más puras intenciones para intentar ayudarte a que cambies de percepción.

¿En qué mundo vive esta persona que me escribe? ¿Acaso no ve televisión, no lee los diarios o no escucha la radio? Calma... calma. Es cierto que hay atentados, violencia y hechos que llevan la firma de la locura y el descontrol, pero eso es sólo una parte de la realidad.

Es lo que nos muestran los medios de comunicación. Ellos hacen de lo negativo su principal ingreso económico, por eso a cada rato nos acercan fuertes dosis de oscuridad compactada. Pero esto no significa que sea lo único que sucede.

Toda forma de ver es una forma de no ver, no lo olvides. Hay otra gran parte, muy luminosa, que también existe, pero que los medios casi no reflejan porque no se traduce en rating, ni en ventas: a cada instante también hay abrazos, caricias, sonrisas, besos, buenas acciones, palabras de aliento y gestos de humanidad, pero eso queda en el anonimato de la cotidianidad.

Lo que vemos fuera no es más que la proyección de lo que nos pasa dentro. Hoy sentimos temor e incertidumbre porque estamos caminando sin ayuda, por eso el eco de lo que lo medios reproducen nos hace tambalear. Sin ayuda no significa solos, recordalo.

Nuestros padres siempre estuvieron muy cerca cuando aprendimos a caminar. Si fuese por ellos nunca se hubiesen desligado, pero sabían que había llegado nuestro tiempo de andar sin sostén. ¿Acaso creés que soltaron nuestra mano por insensibilidad? Sólo quien nos ama nos deja libres.

Asistimos a una etapa de profundos cambios. Es necesario que escuches, más que nunca, tu voz interna. Todo es cuestión de percepción. Para la nariz la posibilidad de ver no existe, pero eso no significa que no se pueda ver. La lengua no puede oír, pero eso no implica que los sonidos sean un invento.

Hay otra realidad que los medios de comunicación no cuentan. Esa realidad habla de que tu corazón continúa abriéndose hacia mundos más sutiles. Vamos, seguí floreciendo. Persistí co-creando la nueva humanidad.

Detrás tuyo hay una legión de ángeles que aplauden y honran tus esfuerzos. Ellos celebran cada paso que das. Saben que llegó tu hora de correr por la vida, esparciendo tu hermosa luz. Nada ha fallado.

Seguís acompañado como siempre. Te miran. Te sonríen. Te aman. También te alientan a que prosigas expandiendo tu intensa vibración cristalina, más allá del horizonte.

www.proyecto-despertar.com.ar

lunes, 21 de junio de 2010

Yo tu Padre, siempre estoy contigo...

Yo, tu Padre, siempre estoy contigoTranquilo, hijo mío. Has estado ausente. Perdido. Callado. Aislado en tu mundo. Llevando a cabo no lo que los demás esperarían de ti, sino lo que tu propio corazón te ha indicado. Has taponado las puertas de tu casa. Nada ni nadie entró ni salió de ella.

El mundo, afuera, ha seguido girando ininterrumpidamente. El barullo no cesa. El circo informativo continúa. De momento, el fútbol y el derrame del petróleo en el Golfo de México, ocupan los principales titulares en las noticias.

La sed por saber qué pasa ahí afuera, es acuciosa en cada corazón. Cada ser en el planeta puede estarse preguntando ¿qué es lo que realmente vendrá ahora? Por la Internet, cual caudaloso río, la información inunda los hogares, haciendo surgir cada vez más interrogantes.

En medio de todo ello sólo necesitas saber callar y escuchar… Siente cómo te acaricio con el viento… recibe mi cálido abrazo de sol… escucha los sonidos del silencio… percibe el ritmo de la vida en la lejana algarabía de esos niños que juegan en el campo.

Advierte mi concierto cotidiano, ahora que abres de nuevo tus ventanas al mundo exterior. No hubo abandono, tan sólo ausencia… por humana ignorancia. Cada cual va por su sendero. ¿Alguien te hizo falta? ¡Es posible que tú también fuiste carencia para alguien más!

Sal de tu encierro. Entrégate de nuevo al fluir de la vida. A esos ríos de almas que buscan y procuran la luz, la armonía y la paz entre los corazones. Todo sigue en pie. Nada se ha derrumbado. Tus sueños siguen latentes. Basta recomenzar. Volver a dar el primer paso.

Impulsa de nuevo tus alas. Cree en tu propio vuelo. Olvídate de todo y todos los demás. Yo soy quien te impulsa en el desfallecimiento. Yo soy quien realmente conduce tus anhelos más profundos hacia la acción. Porque yo soy quien te dio el aliento de vida.

Más allá de la falacia de las formas y de paternidades temporales, Yo Soy tu verdadero Padre. Ven a mí, recuéstate y descansa a mi lado. Siéntete querido, mimado, protegido. Porque yo, tu Padre, querido hijo mío, siempre estoy ahí contigo…

Elvira G.

domingo, 6 de junio de 2010

Aligera tu carga...

Aligera tu cargaChispita: ¡Hola, Neblina! ¿qué pasa? Pareciera que estás echando la casa por la ventana: ropa, accesorios, enseres domésticos, cacharros viejos, todo se acumula ante tu puerta. ¿Acaso te estás mudando?

Neblina: No exactamente, Chispita. Más bien quiero practicar el desapego.

Chispita: ¡Genial, querida amiga! Las cuestiones materiales son los primeros “fardos” que nos van sujetando y enclavando en este plano. En el mundo material de 3ª. dimensión en el que vivimos, el lema imperante parece ser: “más tienes, más importas”…

Neblina: Lo sé, Chispita, pero no es fácil salirse de ese patrón. Aún me cuesta deshacerme de ciertas prendas, o de aquél objeto decorativo que tanto valor llegó a tener para mí.

Chispita: ¿Con cuántos de ellos llegaste a la vida?

Neblina: ¡Por supuesto que con ninguno de ellos!

Chispita: Pues así debiéramos ir por nuestro camino, lo más ligeros de equipaje posible. Somos espíritus de paso en este mundo y no necesitamos aferrarnos a nada para crecer y continuar nuestro sendero. Entre más nos sujetamos y aferramos a algo, más sufrimos y más nos enterramos en este plano ilusorio.

Pongamos como ejemplo a ese buen hombre quien, siguiendo los cánones de este mundo acerca de que la felicidad está en poseer cuantiosos bienes materiales, y debido a que de niño fue muy pobre, cuando crece lo único que desea es llegar a tener una “seguridad económica”. Trabaja en consonancia y, poco a poco, en la medida de sus posibilidades, va adquiriendo bienes raíces por aquí y por allá. Con el paso de los años amasa una pequeña fortuna que le permite sentir una cierta seguridad.

Y digo “cierta” porque también es verdad que, al parecer, quien más tiene, más desea poseer… Así, nuestro personaje no parece estar satisfecho con lo alcanzado, y lucha por acumular mayores bienes. Se aferra a ellos y se resiste a compartirlos con quienes menos tienen.

Para su desdicha, un aciago día, este amigo cae víctima de una penosa enfermedad. Al internarse en un hospital, esos bienes a los que tanto se aferró, comienzan a escurrirse y escaparse como el agua debido a los altísimos costos que todo ese proceso genera.

Por fortuna, ese buen hombre vive para recapacitar los hechos. Se recupera y enmienda su actitud. Finalmente, se muestra dispuesto a compartir con los más necesitados su bonanza material. Mientras que otras situaciones, le hacen aflorar también insospechadas dádivas del corazón…

Neblina: Bien por esa persona, Chispita, que se dio la oportunidad de vivir el desapego material.

Chispita: tú lo has dicho, Neblina, el desapego material. Si analizas a fondo, el ser humano se apega no sólo a bienes y objetos materiales, sino a cuestiones emocionales. Estas son aún más difíciles de soltar.

Neblina: ¿Por ejemplo?

Chispita: Un enojo, un malentendido con algún familiar o con un amigo. Son “posesiones” que nos hacen daño porque las llevamos en la mente y se albergan en la parte obscura de nuestro interior. Injurias, insultos y agravios que muchas veces quien los causó ya ni siquiera los recuerda; pero que, quien los recibió, los lleva guardados en el alma, como un ponzoñoso animal en el fondo de una gaveta, esperando tan sólo el momento propicio para saltar y envenenarnos. De ese tipo de posesiones necesitamos liberaros cuanto antes posible.

Neblina: Cuánta razón tienes chispita. Porque si es difícil dejar atrás un par de zapatos que tanto nos gustó, ¡qué difícil resulta, en ocasiones, el perdonar y olvidar un insulto que recibimos hace ya tanto tiempo!

Chispita: Basta recordar que somos espíritus, no cuerpos, transitando en esta dimensión. Nuestro cuerpo no es más que la vestimenta que al llegar la noche de la existencia (la así llamada muerte) nos quitamos ya por inservible o incómoda. Así como al ir a dormir cambiamos de ropaje a algo más holgado y propicio que nos permita libertad y movimiento al descansar.

No lo olvides, Neblina, en esta realidad más bien dormimos. Al trascenderla es cuando realmente “despertamos”. Es curioso notar que al morir se dice que “entierran” nuestros restos mortales. Se me ocurre pensar que más bien vivimos “enterrados” desde el momento en que nuestro espíritu encarna en este plano que, al menos hasta ahora, ha sido tan denso…

Quiera nuestra buena fortuna que el cambio dimensional que vivimos ahora haga de este planeta un sitio más luminoso en donde vivir sin tantas “posesiones” y sin apegos. Un mundo en donde el paradigma del “tener más” se convierta al fin, y para el bien de toda la humanidad, en “Ser más”… ¿Te parece?

Neblina: ¡Me encanta la idea, Chispita!

Elvira G.

® Derechos Reservados.

sábado, 5 de junio de 2010

Todo contribuye al equilibrio

Aunque parezca que vivimos en dualidad, en este mundo relativo, nada es bueno ni malo, simplemente complementario. El que una persona enferme es un aparente “mal” si lo vemos desde el punto de vista del enfermo. Sin embargo, ello se vuelve “un bien” para el médico que le atiende quien, con esos honorarios, podrá cubrir la colegiatura de sus hijos.
Todo contribuye al equilibrio
El que no duermas bien es un mal para ti mismo, porque estás desgastando anormalmente tu cuerpo físico. Sin embargo, todos los desvelados del mundo son una bendición para los negocios de café. Los fans de esta bebida creen que entre más “cargado”, mejor. Es decir, como rezaba el dicho de antaño: “siempre habrá un roto para un descosido”.

Quizás haya ahí una correlación cuando decimos “los opuestos se atraen”. Cuando alguien te hace enojar, ¿qué necesitas lograr para balancear la situación? Hacer acopio de tolerancia y perdón.

Si caes en un estado depresivo, ¿cuál, sería la solución? ¿Seguir pendiente abajo hasta tocar fondo sintiéndote mártir y echándote más tierra encima tú mismo? Para salir de esa oscuridad que no te beneficia en nada, ¿no sería mejor buscar la luz de la alegría, la acción y el entusiasmo?

Si no encuentras la verdad que buscas ahí en donde la buscas, te quedas frustrado y te das por vencido, ¿o emprendes nuevos caminos, pensando que no importa si te equivocas, lo importante es no darse por derrotado? El antídoto ahí sería perseverancia contra desesperanza.

Estar o lograr el camino del medio, como decía Buda en el Noble Octuple Sendero, es encontrar el balance, la armonía. Desafortunadamente, un punto difícil de lograr en este mundo de tan cambiantes formas y situaciones. No bien estamos felices, al rato parece que la tristeza nos consume.

Podemos estar tranquilos y, sin darnos cuenta, caemos de nuevo en la insatisfacción o el anhelo de algo diferente a lo que tenemos. Contrastes. El mundo de Maya nos rodea constantemente.

¿Habría una escapatoria de todo esto? ¿Lograr liberarnos de esta dualidad que nos altera y nos consume? Ciertamente sí. Elevando nuestra conciencia para dejar de hacer esos constantes juicios calificativos: bueno-malo, frío-caliente, áspero-suave, bondadoso-mezquino, agradable-desagradable, etc., etc.

Cuando vivamos este mundo ya sin juzgar, sin emitir opiniones ni exponer criterios que no nos soliciten, podremos salir de la dualidad. Podremos entonces aceptar que todo forma parte del Todo. Y no habrá ya más quejas ni insatisfacciones. Todo será bendito y bienvenido.

Nos habremos colocado en un nivel superior. El del Observador que todo lo ve y todo lo acepta. Que nada critica y todo lo avala. Que no discrimina, y que simplemente se integra. Nos volveremos copartícipes del Todo. Nos reconoceremos como piezas únicas e imprescindibles del rompecabezas universal. Nos daremos cuenta que el mundo no estaría completo sin nosotros, pero tampoco sin algún otro de nuestros congéneres.

Porque todos y todo es necesario para el Todo.

Elvira G.