viernes, 28 de enero de 2011

Las Hojas y el Árbol...

Las Hojas y el ArbolÉl se sentó en medio de todos y, con la voz dulce -como dulces son los atardeceres de Tula-, así les decía:

Había una vez un árbol cuyas hojas creían ser "no árbol". Y cada hoja crecía por su cuenta creyéndose "no árbol".

Un día vino el Viento de las Circunstancias y con sus manos invisibles lanzó a las hojas unas contra otras. Y cuando se fue el Viento de las Circunstancias se quejaron entre sí, y se encerraron en "sí mismas", y se apartaron de todas aquellas hojas que no nacían de su rama.

Llegaron los tiempos sin Viento, y las hojas se odiaban entre sí; bastaba que apenas se unieran las que nacían de una misma rama, para que las hojas vecinas, que formaban otras ramas, lanzaran contra ellas palabras hirientes.

Y nuestro hermano el árbol sufría en sí mismo, y cada día se debilitaba, y cada noche eran menores sus fuerzas. Pasaron varios inviernos hasta que, entre las últimas generaciones de hojas, nació una que así habló a todas cuando la Hermana Brisa le prestó la fuerza, y el Alma del Árbol le dió la Sabiduría:

Hermanas, ustedes viven todavía en la ceguera de las dos dimensiones de sus egos, y por ello sólo viven su individualidad como hojas independientes unas de otras, hasta tal punto que creen que aquéllas que ven fuera de ustedes, no son ustedes mismas.

Mas sólo tendrían que abrir un poco más los ojos a la comprensión, para sentir que en tres dimensiones todas están enlazadas por las ramas, y aún estas ramas están a su vez unidas al tronco, y aún este tronco está unido a la tierra y al aire.

Comprendo su actitud al enfrentarse, porque eso sólo lo crea la Ignorancia que nace de creer Ser las particularidades que la mano del Tiempo, unida a las de la Evolución y la Adaptación, ha hecho de cada una de ustedes una hoja completamente diferente a todas sus hermanas.

Cuando a través del estudio sobre ustedes mismas profundicen en el conocimiento de sí, irán ampliando su conciencia hasta Ser UNA con todas, y entonces serán el Árbol. Entonces, ¿cómo criticarán a las hojas hermanas, si son ustedes mismas en otras circunstancias?

¿Cómo maltratarán a otras partes de ustedes mismas? ¿Cómo tratarán de cortar el progreso de ustedes mismas en otras partes del Ser Árbol? Y cuando venga el Viento de las Circunstancias, en lugar de sembrar odio entre ustedes, sembrará el Amor, y en lugar de enfrentarlas las unirá en una caricia, en un prolongado abrazo que haga que el Ser Árbol sea consciente de sí en todas las partes de sí mismo.

Y una hoja que habitaba una rama que decía tener la Verdad porque había encontrado el Sol, buscando en la dirección Norte, le dijo: ¿Pretendes hacernos creer que las hojas que habitan aquellas otras ramas, que dicen haber encontrado la Verdad de nuestro Sol caminando en sentido opuesto a nosotras, no están equivocadas?

Y ella le respondió con una gran quietud en sus palabras: eso mismo quiero decir; mas ¿cómo te lo probaría a tí que aún estás fanatizada y no sabes dejar de ser sólo una simple hoja, para sentir y fundirte con las hojas de esas otras ramas?

Si lo hicieras, verías con asombro que a todas llega el Sol de la Verdad, y si aún alargaras más tu Conciencia y fueses Una con el Árbol, ¡qué gran alegría tendrías al saber que todo el Árbol va hacia el Sol!

Mas esta experiencia sólo puede nacer de ti, porque en cada hoja, el Árbol se conoce a sí mismo en una etapa, y en un camino, y en cada hoja respira de una forma y siente de una forma. Y es el equilibrio de todas, el Amor que une a todas ellas, lo que lo hace crecer en el conocimiento de sí.

Olvídate de ser una hoja, para Ser Árbol. Siente por las hojas que ves fuera de ti, tanto como sientes por "tí misma", y estarás en el camino de Ser Árbol. Y así se irá ampliando tu conciencia de tí misma. Debes saber que en la Realidad Objetiva tú eres más árbol que hoja.

Y diciendo esto guardó silencio, y todas sintieron -en lo más profundo de su ser- que el Árbol había hablado en ella, y que algo empezaba a hablarles dentro de "ellas mismas". Y cuando aquel año vino el Viento de las Circunstancias y las lanzó a unas contra otras, ellas estaban alegres, porque de esta forma entraban en contacto y se comprendían en las demás…

Del libro “Así Hablaba Quetzalcóatl” , de Caiatl Acotl.

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