Hace unos días, tras el triste e impactante terremoto en Haití, y luego de ver un sobrecogedor video sobre ese tema, que circuló por Internet, mi propia esperanza en un mundo mejor y lleno de luz, se estremeció igualmente.
Buscando una respuesta alentadora, acudí a quienes califico como mis “Hermanos Mayores en la Luz”: Julio Pagano y, ahora también, Marisa Blok –y digo “ahora” porque recién conocí a esta otra “alma luminosa”, gracias a una fortuita circunstancia.
Ambos, argentinos, muy involucrados y comprometidos con el Despertar de la Conciencia –movimiento, según entiendo, iniciado por Julio Pagano-, y para lo cual trabajan en su país, desde hace algunos meses, impartiendo juntos el seminario “Vibrando desde el Corazón”. ¡Espero que pronto lleguen también a México… y a muchos otros países!
Mi pregunta para ellos fue: en el caso de Haití, ¿cómo poder ver la Luz a través de tanto dolor y sufrimiento?
Siempre súper ocupado y lleno de compromisos, Julio Pagano responde puntualmente a mis inquietudes, más bien a través de esos sabios escritos que surgen a menudo de su alma, y que tengo el privilegio de recibir, directamente de él, en mi correo personal.
Maru (Marisa Blok), artista plástica quien hace tres años decidió abandonar lienzos y pinceles para dedicarse de lleno al despertar de la conciencia, hablando desde el corazón, me envió este mensaje que –“con su venia”-, quiero compartir hoy con todos ustedes. Me parece que sus palabras son, verdaderamente, “luz en la obscuridad”. Aquí los dejo con ella:
“Como bien dices, Elvira, la muerte duele y duele. Ver tanta devastación parte el alma. Vivo a conciencia plena de cómo un alma hace su viaje de regreso cuando su corazón deja de latir.
Siento cómo su luz necesita, por el término de varios días, un acompañamiento de calma, serenidad y paz, para poder partir con la certeza de la misión cumplida.
Al enterarme del terremoto de Haití, cerré mis ojos e intenté visualizar 50,000 almas partiendo al unísono, como producto de una muerte inesperada, terrorífica y violenta… ¡y el horror me colmó!
Ahí me detuve y tomé conciencia que no debía agregar más dolor al dolor ya existente. Sólo pude entrar a mi corazón y acompañar a todas esas almas en paz y amor, y cobijarlas desde mi Ser.
Agradecerles el que hayan entregado sus vidas para que nosotros, como humanidad, seamos concientes de que el momento es "Ahora". Es Ahora, donde sólo nos cabe manifestar, a cada uno de nosotros, nuestra naturaleza Crística.
Sólo amor y servicio debemos irradiar. Nuestros hermanos se entregaron para que abramos "ya" el Corazón de la Tierra. Y esta es una tarea personal. Está en cada uno de los seres, el vivir a conciencia plena de lo que siente y de lo que irradia, en cada minuto de su vida.
Si asumimos nuestra responsabilidad de lo que emitimos mediante nuestros sentimientos y pensamientos, y de lo que generamos con cada emoción que liberamos, podríamos ver nuestra más íntima responsabilidad en este terremoto, y en cada uno de los gritos que emite hoy nuestra Madre, Gaia.
Cuando asumimos esta conciencia, sólo nos resta caminar por esta vida buscando nuestra propia e individual armonización. Si yo vivo en mi centro, si yo me armonizo, "mi entorno” se armoniza, el mundo entero se armoniza…
Si cada uno asumimos esto, la Paz colmará la Tierra. Soy de quienes intuye, sabe y siente, que una Nueva Humanidad está naciendo. Nadie dijo que el parto sería sencillo. Está en nuestras "individuales" manos hacerlo llegar a feliz término.
Y agrego, desde lo más profundo de mi corazón: Honro, bendigo y agradezco a nuestros Hermanos Haitianos que entregaron sus vidas masivamente, para ayudarme a despertar. Y, de una vez por todas, me comprometo ante la partida de sus almas, a asumir mi poder creador.
Me comprometo a vivir en mi Centro Corazón, atendiendo y llevando mi conciencia a ello. Por la Vida… por la Paz. Este es mi sentir más profundo, este es mi actuar de hoy.
Es probable que si mi razón hace preguntas, éstas queden sin respuesta. Pero también sé que opté por el camino del corazón. Gracias por Ser y Estar, querida compañera de viaje…”
Un muy fuerte abrazo.
Maru Blok.
jueves, 28 de enero de 2010
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