viernes, 27 de abril de 2012

Estoy de vuelta...

Al menos así lo espero. A los habituales lectores de este blog quizás les parezca extraño que el número de mis entradas  haya decrecido considerablemente, específicamente en lo que va de este año. Las razones han sido ciertos requiebros de salud que me han traído un poco down y sin mayores ánimos… y menos aún inspiración para escribir.

Hace ya cerca de tres años, caminando por las históricas y empedradas calles de mi pueblo, comencé por luxarme el segundo dedo del pie… derecho. A principios de este año, sufrí una fuerte caída lastimándome el brazo y el hombro… ¡derechos! Cabestrillo, inmovilizador de brazo y visitas a diversos “fisioterapistas”, fueron el pan mío de cada día, durante casi dos meses.

Finalmente, y para rematar, hace poco más de un mes hizo erupción en mí, cual furioso e intempestivo volcán, un virus que había quedado agazapado en mi interior tras una enfermedad de la infancia. ¿En qué parte del cuerpo se presentó? ¡En el lado derecho!

Con todas las lecturas e información que he obtenido a lo largo de los años, he aprendido que el hemisferio izquierdo de mi cerebro, el racional, el analítico, el intelectual, el militar, el represor, -aquél de todos los “tienes qué”… y “debes de”-… gobierna la parte derecha de nuestro cuerpo. Mientras que el hemisferio derecho, el creativo, el emocional, el intuitivo y sensitivo, el que gusta revivir a nuestro “niño interior”, el que no sabe de relojes ni horarios establecidos, influye sobre la parte izquierda de nuestro cuerpo.

Ante tanta coincidencia en los constantes descalabros sobre el lado derecho de mi "vehículo físico” comencé a interrogarme y decirme: ¡algo anda mal! Tal vez mi carácter analítico de Virgo, mi constante obsesión por el perfeccionismo y el querer que todo salga impecable… como yo quisiera, es un sistema que de tan rígido, ¡está colapsando! Algo me está indicando quizás que temo avanzar por la vida (por lo ocurrido en el pie) y que necesito recuperar el equilibrio entre la parte racional y la parte emocional de la “gullivera”, como dijera Julio Cortázar en “Rayuela”!

Obsesionada por la perfección, hubo un tiempo (que se prolongó por más de dos años y medio) en el que me iba a dormir tardísimo por estar revisando una y otra vez mis textos; poniendo, quitando y cambiando fotos hasta encontrar lo que considero la imagen más apropiada para cada uno de ellos, o simplemente por buscar más información interesante para compartir en este blog, o para lograr más conocimientos para mí misma. El caso es que hubo ocasiones en que llegué a apagar la luz a las 6.00 de la mañana… ¡sin haber dormido ni un segundo en toda la noche!

Comento todo esto para que ustedes, sabios y prudentes lectores sí pongan en práctica la entrada: “A dormir temprano” (Etiquetas: El Viraje Saludable) que compartí hace algún tiempo en este blog. Aún conociendo esa información tan básica acerca de que el Hígado para funcionar bien, nos debe pillar -como dijera una amiga española-, ya en cama a más tardar a las 11.00 PM. Porque es cuando este maravilloso órgano se pone a trabajar intensamente para desintoxicar al cuerpo de 11.00 de la noche a 1.00 de la mañana. A partir de entonces es la Vesícula Biliar la que toma el relevo, hasta las 3.00 de la mañana, momento cuando el Riñón se hace cargo de sus funciones hasta las 5 de la mañana, de manera que de ahí hasta las 7.00 de la mañana, el que trabaja es el Colon. Cuando alguien está en perfecto estado de salud y se duerme temprano como lo indican los hábitos y costumbres de la buena salud, en cuanto se despierte por la mañana habrá de ir a entregar cuentas al creador (ustedes saben a lo que me refiero). De manera que de 7.00 a 9.00 AM. es la hora ideal para tomar el desayuno.

Pregúntense ¿qué pasaba en mi vida? ¡Era un caos total!!! Un doctor en medicina china, acupunturista, recientemente al detectarme serios problemas con el hígado y el bazo páncreas, me dijo que lo peor de todo es que mi cuerpo no estaba eliminando toxinas y que yo misma estaba deprimiendo mi sistema inmunológico.

En efecto una gran baja de defensas y el estrés acrecentado por los imprevistos gastos médicos cuando mi provisión económica no parece lo suficientemente abundante, provocó el problema del que ahora estoy saliendo. Lo confieso aquí porque es mi espacio, y si no lo digo en este blog, ¿entonces en dónde? Si no lo digo ahora, ¿entonces cuándo? Si no lo escuchas tú, ¿entonces quién?

El escribir, incluso el haber conformado un libro con varios de los textos publicados anteriormente aquí (y  que he debido suprimir de este espacio por indicaciones de mi Casa Editorial), no implica que yo me crea ya perfecta, ni iluminada, ni mucho menos “ascendida”!

Los personajes de algunos de mis escritos reflejan mucho de mí. Se dice que el autor no refleja en su obra lo que es... sino lo que aspira. Mi anhelo es alcanzar finalmente la Luz. Necesito hacer aún algunos“ajustes” para virar en la dirección correcta. Me inquieta todavía el tema económico, tan común en esta 3ª. Dimensión. Me encantaría encontrar algún mecenas respecto a lo que escribo. Aunque, pensándolo bien, no parece tan excelente la idea ya que hasta un Miguel Angel Buonarroti y un Leonardo Da Vinci no fueron del todo felices al tener que trabajar sobre mandato.

Más bien, si entre los nuevos lectores de este blog hubiese quienes no conocen mis anteriores escritos, me encantaría que pensaran en la posibilidad de adquirir el libro. O tenerlo como una opción de regalo para alguien más. En la columna derecha de este blog, encuentran el anuncio sobre el tema, y todos los datos y sitios web para adquirirlo.

Ese sería un gran aliciente para mí, no sólo por la parte económica… sino por las “palmaditas de espalda” que significan los comentarios de los lectores sobre lo que uno escribe.

Mientras tanto, agradezco su presencia e interés por este espacio y trataré, yo misma, de continuar mi propio Viraje hacia la Luz. Sin prisas, pero sin pausas. Tratando de encontrar el camino del equilibrio, el camino del medio, como decía Buda. Este es un año muy especial. Podemos pensar que son las influencias planetarias, el cambio del magnetismo terrestre o el efecto de las actuales explosiones solares, lo que nos afecta. Sí, todo ello influye sobre nosotros.

Pero por ello, y con mayor razón, necesitamos encontrar tiempo para ir a nuestro interior. Para estar en paz con nosotros mismos e ir vigilando cómo va nuestra nave. No oponer resistencia a la marea adversa, sino más bien dejarnos llevar, dejarnos fluir. Por más terribles que puedan parecer las circunstancias, todo llega por un aprendizaje. Parodiando a Pablo Neruda, me siento tentada a decir: “confieso que he sufrido”… pero también confieso que he aprendido. Creo que es muy afortunado el tomar la enfermedad como camino hacia un mayor conocimiento de nosotros mismos. Es el “vehículo físico” que se deteriora por los malos manejos del “conductor” (el pensamiento) y es sólo hasta que hacemos caso de las indicaciones del "verdadero tripulante" de nuestro vehículo (nuestro Ser Interior) que podemos deshilvanar los hechos y encontrar la razón de todo lo sucedido.

Dios les bendiga!, y gracias por su vista y comentarios!

Elvira G.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hi!!, la verdad es que yo también me duermo muy tarde(o temprano?)!, pero también me he dado cuenta de que influye mucho el pensamiento sobre la salud física, es decir yo en mi caso me mantengo pensando que siempre me puedo recuperar, y rara vez tomo medicinas o algo por el estilo cuando me enfermo, cosa que también contribuye a que mi sistema inmunológico se haga mas resistente, la vez pasada saltando me torcí el tobillo (pero no paso de ahí) lo que hice fue ignorar eso y seguir avanzando como si nada poco a poco recuperando el paso normal, y no me duro ni un día el dolor. (claro que también depende de la gravedad de la lesión/ herida o enfermedad). pero ya que se sabe esto se puede desarrollar también a un nivel superior.

Así que sigue como hasta ahora, si te caes te levantas y ¡a seguir!

Elvira G. dijo...

Gracias, Lightum, por tu lección de hoy: ¡es nuestro propio pensamiento el que nos enferma!

Celebro tu juventud y sabiduría, joven Maestro!

Un abrazo agradecido!

Elvira...