Por Jim Self
Has estado en este sendero
de conocimiento por muchísimo tiempo. Has estudiado los mejores libros de
autoayuda, has tomado los seminarios y has seguido a todos los maestros más
inspiradores. Has aprendido que estás en completo control de cómo diseñas tu
vida. Entonces, ¿por qué sigues encontrándote juzgando a los demás? (Sí, esa voz
pequeñita y diminuta todavía está ahí susurrando.)
¿Por qué eso sigue
presentándose en tu vida cuando pensabas que ya estabas más allá de todo eso?
Porque TÚ has sido juzgado.
Hay una línea muy
interesante en medio del "Padre Nuestro". Dice: “Perdona nuestras ofensas así
como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”. No dice: “Ve a arreglar a ese
tipo de allí y cuando él sea perfecto y amable y considerado, entonces yo voy a
considerar perdonarlo.”
Lo que esto realmente
significa es: “He asumido el equipaje de alguien y lo estoy llevando conmigo a
todas partes. Pero ahora estoy decidiendo y eligiendo creer que ellos son
buenos. Por muy mal y horrible que puedan estar actuando en este momento, ellos
en realidad son buenos. Simplemente están sintiendo mucho dolor.”
Verás, no hay gente mala -sólo
hay mucha gente sintiendo dolor. A veces ese dolor se manifiesta en voz muy
alta. A veces ese dolor es arrojado hacia ti en forma de juicios.
¿Alguna vez has tratado de
trabajar mientras tenías un dolor de muelas? No es muy cómodo. ¿Alguna vez has
tenido una astilla en el dedo mientras tratabas de teclear? No es fácil. La
gente tiene un dolor generalizado, porque se les ha mentido y mentido y
mentido. Ellos simplemente están manifestando lo que mejor saben hacer. ¿Alguna
vez has visto a alguien ir por ahí encolerizado, con dolor y energía de
víctima? A ellos les han mentido. La luz que reside en su interior se ha
atenuado y ellos simplemente están manifestando lo que creen que es la verdad.
¿Alguna vez has tenido la
experiencia de guardar rencor? Por ejemplo, digamos que yo te pateo y me voy.
Tú piensas para ti: “Qué imbécil que es ese tipo. Ni siquiera se disculpó.” Tú
estás realmente molesto por eso y se lo cuentas a todos tus amigos. Un año más
tarde yo vengo a tu ciudad y te digo: “Oye, ¡qué gusto verte de nuevo!” ¿Qué es
lo primero que te viene a la mente? “¡Imbécil!”
Pero entonces lo que pasa es
que yo digo: “Parece que estuvieras enojado conmigo.” “¡Lo estoy! Tú me diste
una patada y eres un idiota y...” “Vaya, no lo sabía. Ahora que lo pienso,
recuerdo que cuando me levanté pensé que había golpeado la silla o algo así. Lo
siento mucho. Si lo hubiera sabido, definitivamente te habría pedido
disculpas.”
En ese momento, ¿todavía
sientes ese rencor? No realmente. Pero durante todo ese año, ¿quién estuvo
atascado -tú o yo? Tú te sentaste todo un año refunfuñando y juzgando.
Mayormente, tú elegiste quedarte en esa energía de juicio porque no obtuviste
lo que realmente y apasionadamente querías de mí. Tú querías un “¡Hola!”. Hola.
¡Yo te veo! Eso es lo que has querido toda tu vida. Sólo querías que alguien te
dijera: “¡Hola! Yo puedo ver tu resplandor.” Muy sencillo.
En el jardín de infantes,
¿le mostraste a alguien tu dibujo de un elefante que habías pintado color
naranja por todas partes, saliéndote de las líneas? Tal vez la respuesta fue:
“Eso no es un elefante. Es sólo un garabato pintarrajeado. ¿No sabes que los
elefantes son grises y se quedan dentro de las líneas? Que no se te ocurra
volver a dibujar así.” Si eso te pasa a ti, ¿vas a volver a dibujar otro
elefante? Probablemente no. Entonces, ¿llevas contigo un poco de juicio en tu
espacio acerca de quién eres y de qué eres capaz? (Mucho).
Esa desaprobación proviene
de personas que están sintiendo dolor. Ellos no son malos -sólo están
sufriendo. ¿El mirar atrás a esa experiencia pasada desde una nueva
perspectiva, la cambia un poco? Te deshiciste de los juicios de
correcto/incorrecto y bueno/malo. Por ahí se van los juicios. Todo lo que queda
es experiencias -experiencias interesantes, divertidas. Tú puedes hacer una
elección distinta ahora.
Puedes elegir la compasión.
¿Te gustaría comenzar a
soltar un poco de ese dolor para que ya no tengas que andar cargando juicios?
Cuando eliges ver las experiencias de vida desde una perspectiva más alta, te
encuentras con esa parte de ti más elevada, más antigua, más sabia y más
amplia. Tu Yo Superior se encuentra allí y te dice: “Yo quiero agregar a
Todo-Lo-Que-Es. Quiero experimentar más.”
Verás, cuando entraste en este
cuerpo, dijiste: “Soy un espíritu grande y capaz. Yo recuerdo quién soy. Voy a
hacer una diferencia. Voy a romper el actual juego del dolor. Voy a romper los
juicios que se han añadido a los juicios que se han añadido a las mentiras que
se han añadido al dolor que se ha añadido al castigo que se ha añadido a más
juicios.”
Dijiste: “¡Cuando entre en
este cuerpo, voy a venir con el objetivo de traer el Cielo a la Tierra !…”
Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del
Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar
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