Por lo
tanto, comienza a sentirse el cansancio general y queremos ya salir de aquí. Por fortuna, se
nos dice que pronto cambiaremos de escenario. Que hemos tenido ya suficientes
representaciones sobre esta platea y que, si ahora somos cuantiosos en escena, es precisamente
porque quisimos estar aquí para presenciar
el gran final: ¡nuestro definitivo cambio de escenario!
Hay quienes
lo ignoran todo. Están aquí y ahora pero siguen creyendo y se identifican totalmente con “su personaje”.
Les acomoda el título de director general de una empresa, o el de próspero y acaudalado hombre de
negocios. Hay quienes disfrutan su rol como popular “estrella” de los
espectáculos, mientras que otros atesoran celosamente su papel de reconocidos politólogos,
intelectuales o científicos… Y no olvidemos a quienes revisten sin cuestionar su
personaje de víctimas, de los parias y renegados de la sociedad.
Todos están
en el teatro, y todos olvidan que tan sólo están representando un papel en la
trama de la historia en esta dimensión. Se apasionan, se sumergen en su libreto y afloran
cualidades histriónicas para representar odio, venganza, ambición, ironía, vanidad,
astucia, engaño, traición...
La “esposa”
odia al marido que le engaña. No logra recordar que antes de entrar en escena
cada quien eligió el rol que escenificaría porque a través de ello aprendería
la lección que le estaba destinada en este acto. El “marido” no es malo en sí. Simplemente actúa
el rol que le tocó representar para que ese otro personaje (la esposa) pueda
aprender la lección que necesita avalar en esta puesta en escena.
El “padre
desalmado” para con sus hijos, sencillamente cumple con el contrato álmico que hicieron tras bambalinas esos seres antes
de salir nuevamente al escenario. Su papel sería el de jugar el rol de un padre tirano y
déspota para que los hijos aprendieran a sobreponerse y valorarse por sí mismos. En otros casos, si la madre abandonó a los hijos fue para que éstos aprendieran
a encontrar fortaleza interna y comprender que siempre habrá otras fuentes de
amor para ellos. Lo importante era superar la lección y no quedarse en el
resentimiento y el profundo sentir de abandono.
Quien
eligió el papel de carencias y limitaciones físicas es sin duda un
extraordinario “Guerrero de Luz” que decidió aprender el doble de lecciones en
esta puesta en escena, a fin de acelerar su partida hacia nuevos y amorosos escenarios. Este tipo de personajes usualmente no
sólo alcanzan magistralmente su objetivo… sino que se convierten en ejemplo de integridad y fortaleza para muchos más
El "Señor Director" vigila eternamente la obra, aunque todo mundo tiene libre albedrío para actuar su rol. Se vale hacer modificaciones al libreto. Aún así, el amor, la tolerancia y el perdón, son temas que no se viven muy a menudo sobre este escenario.
El "Señor Director" vigila eternamente la obra, aunque todo mundo tiene libre albedrío para actuar su rol. Se vale hacer modificaciones al libreto. Aún así, el amor, la tolerancia y el perdón, son temas que no se viven muy a menudo sobre este escenario.
Sólo hasta
que van tras bambalinas, una y otra vez los actores recuerdan al fin que todos
esos odios, resentimientos, enconos,
tristezas y angustias que sufrieron en el escenario recién abandonado, no fueron sino una representación
teatral, producto de la dualidad y el apego característicos de esta dimensión. Eran tan sólo un juego, una “ilusión”, simple y sencillamente para aprender
alguna lección. Todo era ficticio. No hacían
más que representar un personaje. Las más de las veces olvidaron sobre la
escena cuál era su Verdadero Ser.
Por fortuna
hoy en día mientras actúan, los personajes están cobrando consciencia: “No soy
este personaje. Soy algo más”. Reconocen que llevan puesto, sí, un atavío que les
identifica aquí en escena con tal o cual papel, pero están comenzando a
desapegarse del rol de víctimas o del
poder sin límites que les ciega. Están comenzando a verse como los efímeros
e ilusorios personajes que realmente son en este plano.
Van dejando
atrás los apasionamientos, el miedo y el enojo que les causa el sentir de impotencia en esta densa dimensión, para comenzar a observar cada uno de sus pasos: “Si estoy
temporalmente en este escenario, quiere decir que hay algo más para mí. Que
tarde o temprano regresaré al sitio de donde vine. Volveré a revestirme de mi Verdadero Yo. No seré
más el pretendido personaje que aparece en esta escena. Seré "Yo" sin caretas. Sin ocultarme más tras ninguna ajena vestimenta...”
Al parecer,
y por fortuna, está a punto de concluir nuestra prolongada representación en este obsoleto teatro. Quienes
llevan innumerables salidas al foro quieren ya partir... ¡no tener que volver más a este escenario!
Paciencia, luminosos
personajes espirituales. Sí, ha llegado el momento de volver a ser nosotros
mismos. De retornar a nuestra esencia. Sin límites ni presiones de tiempo. Sin
dualidades ni puntos de comparación: amor-desamor, alegría-tristeza,
serenidad-impaciencia, abundancia-escasez,
perdón-venganza... Sin posesiones ni apegos: ya no más “lo mío y lo tuyo”… sino lo
nuestro.
Se está
levantando ya el telón de ese nuevo escenario.
¡Bienvenidos!, volverán a actuar su verdadero rol: su auténtico personaje como Seres Espirituales. ¡Benditos sean!
7 comentarios:
Buen artículo amiga. Como dice Sixto Paz, el peligro está en que creamos que somos el personaje y nos olvidemos que somos el actor. Saluditos!
Patricia R.S.
Sí, Paty, con tantos ropajes, vivimos "en trapos, atrapados" (como dijera Frederick Vanmelle, queridísimo maestro, amigo y actor de mimo Belga, quien abandonó este plano a causa del terremoto de Septiembre '85 en la Ciudad de México).
Desafortunadamente él partió en esas tristes circunstancias, pero recuerdo siempre su mensaje: por más "revestida" que parezca, nuestra verdadera esencia interior permanece siempre intacta... sólo hay que "desnudar el alma" para descubrirla!
Elvira...
M A R A V I LL O S O
Magistralmente descrito
Gracias x Ser x Estar y x Existir
Me siento honrada
Marureal
Gracias, Maru, a mí me honran tus palabras...
¡Universos de Luz y bendiciones para ti!
Elvira...
Gracias amiga, me encantó!
Alicia.
Me encantó amiga!!!! eres mi heroína...
Gracias ya lo compartí con todos mis contactos...
Lumi
Ali y Lumi, hermanas y compañeras de ruta, gracias por la compañía y alicientes en esta etapa de nuestro camino hacia la Luz...
Saludos luminosos y galácticos!
Elvira...
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