El valor de la sencillez nos ayuda a superar el deseo desmedido por sobresalir,
sentirnos distinguidos y admirados sólo por la apariencia externa. Nuestro
interior, nuestro corazón es lo que verdaderamente cuenta. Una persona sencilla
gana más corazones.
La sencillez atrae al instinto, la intuición y el discernimiento para crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. Sencillez es la conciencia que llama a las personas a replantearse sus valores.
Es estar libre de disfraces y complicaciones, cualidades que garantizan el trato veraz y sin dobleces.
La persona sencilla puede ser incauta y fácil de engañar, porque se entrega, pero el engaño, como no es real, no la puede afectar.
La sencillez no necesita adornos ni hacer ostentación, porque es como el agua, que sin tener ni gusto, ni sabor, ni color, es igualmente necesaria.
Para ser auténtico hay que empezar por ser sencillo, no escabroso, dificultoso, arduo o peligroso, deseoso de mostrarse tal cual es, sin afectación ni ningún decorado, porque el hábito no hace al monje y el mejor atavío no nos puede decir nada de alguien, aunque esté lujosamente engalanado.
(Anónimo)
2 comentarios:
Hoy, me encontraba pensando acerca de la sencillez y en cómo me gustaría ser más sencilla. Busqué una ayuda para ahondar en mis pensamientos y encontré este blog. ¡Qué grato ha sido leer estos pensamientos! Gracias por compartirlos. Angela
Angela, gracias por tu visita y comentario. A mí también me pareció muy sabio y acertado este mensaje.
Este blog es "tu casa" para cuando quieras visitarnos y encontrarte por aquí con otros temas que también puedan ser de tu interés.
Bendiciones!
Elvira G.
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