sábado, 30 de diciembre de 2017

No pidas que el próximo año sea diferente, sé tú diferente

Aunque muchas veces nos cueste aceptarlo y asimilarlo, la vida que tenemos es creación nuestra, para bien o para mal. Muchas veces cuando las cosas van bien nos sentimos orgullosos de cómo hemos llevado nuestras vidas, pero cuando las cosas tienen un rumbo diferente al que nos gustaría, nos resulta más sencillo evadir la responsabilidad que nos pertenece.


Evidentemente hay condiciones y factores externos que nos pueden facilitar el alcanzar nuestras metas, el transitar el camino que nos lleva a donde queremos estar, pero sin duda hay un factor trascendental en cómo asumimos lo que nos pasa, cómo apreciamos nuestra realidad y cómo vamos creándola, desde nuestros pensamientos hasta cada una de las acciones que llevamos a cabo.
Para obtener un resultado diferente a lo que hemos obtenido hasta el momento, puede resultar de utilidad proponernos hacer las cosas de maneras diferentes y mucho más de fondo, ser diferentes. Y esto no está enfocado a los cambios externos, aunque en su mayoría son un reflejo de lo que está pasando en nuestro interior, sin embargo pueden sólo representar la necesidad de cambio que se queda sólo en la superficie, que no toca las raíces y que muy probablemente no perdure en el tiempo.

Debemos aclarar nuestro propósito de vida y recordar que hay uno que los supera a todos y además es común para todos, que es: ser felices, esto puede sonar trillado, pero la verdad es que somos los saboteadores número uno de nuestra propia felicidad. Para la mayoría es mucho más sencillo enfocarse en lo que no tiene,  que valorar y agradecer lo que posee, es común hacer un drama de cualquier cosa y magnificar lo negativo que ocurre.


Cuando dejamos de apreciar y agradecer, nos cuesta sentirnos bien con lo que somos, con lo que tenemos, pero si enfocamos nuestra atención a todas esas bendiciones que nos tocan de manera directa e indirecta, la vida se convierte en algo diferente, la podemos ver como lo que es: un verdadero milagro.
No pidas que el próximo año sea diferente, más bien enfócate en ver lo positivo de tu vida, evaluar cuáles son tus oportunidades de mejora y contribuir con acciones a ofrecerle al nuevo año una versión mejorada de ti mismo. Cuando generamos los cambios desde nosotros mismos, resulta mucho más sencillo proyectar nuestros cambios a todo lo que es nuestra vida.
Si no estamos listos, podemos ver pasar miles de oportunidades, sin ser capaces de tomarlas, así que convenzámonos de que la vida tiene lo mejor para ofrecernos, en este y todos los años que vengan, pero somos nosotros los que debemos estar preparados para hacer que la magia ocurra.
¡Que crées un muy Feliz Año!
Sara-Tíbet.
Fuente: Blog Rincón del Tíbet.




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