Comparto este mensaje para todos los lectores y amigos de
este espacio, en la esperanza y confianza de que no sólo porque “termine un año
o principie otro”, podamos saludarnos cada día más viendo en el otro a nuestro
reflejo, al “espejo” de ese otro que ser que es nosotros mismos, y dentro del
cual reside la luz y el natural deseo de bien hacia los demás, que también reside
en mí. En la esperanza de que cada día más nos veamos como auténticos hermanos,
sin hacer distingos, y querramos para el otro lo mejor, al igual que lo
queremos para nosotros mismos. Con esa certeza y esperanza comparto esta bella imagen y el no menos interesante
artículo sobre lo que la palabra “Namaste” significa. Ojalá podamos honrar y
venerar su significado todos los días que nos toque vivir aún en este plano, y
recordarla cada vez que estrechemos una mano… que demos un abrazo… o que busquemos el bien para alguien más. Tú y yo somos el mismo. Tú y yo somos hermanos. Tú y Yo
Somos Uno. Abramos la puerta del 2018
entonces, con más convicción sobre este punto. ¡Bendiciones infinitas para
todos!
Namasté es una profunda y especial expresión de respeto y
unión con el prójimo. En su forma más superficial, Namaste es para mostrar
respeto y gratitud. Este saludo se ha vuelto muy conocido en los últimos años,
principalmente si te relacionas en el ámbito yóguico-espiritual y
también Internet. Es uno de los saludos más habituales en Facebook. Seguramente
te lo han dirigido alguna vez, lo has utilizado y, es probable ya hayas
escuchado hablar de su significado.
Namasté नमस्ते (namastei) es
una expresión de habitual de saludo de Asia del sur, que se usa como cuando
podríamos usar hola y adiós en nuestro idioma. Pero el significado es bastante
diferente. Es una palabra original del sánscrito, la lengua sagrada de la
India. Los orígenes de la palabra Namasté son muy remotos, ya que proviene de
la ancestral cultura hindú. Sí hubiera que buscar un gesto representativo
de la India, sería sin duda alguna el sencillo, humilde y simbólico
Namasté.
Pasemos ahora a adentrarnos en la etimología de esta
antigua palabra. Para empezar, hay que decir que en realidad, Namasté es una
palabra compuesta. El término “namas” significa “saludo” o “reverencia”, y
proviene etimológicamente de nam, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”.
De esta manera nama significa “inclinación, homenaje, saludo reverencial,
respeto a la verdad interna del otro”, pero no refiriéndose a la adoración de
su ego. Por su parte, el sufijo “te” es un pronombre personal, bastante
parecido al equivalente en español, por cierto, que significa “a
ti”. Entonces, si juntamos ambos significados, descubrimos que Namasté
significaría algo así como “Te saludo” o “Te reverencio”.
La palabra se ha usado sobre todo en el contexto del
budismo o las culturas budistas como forma de saludo y/o despedida, así como
para dar gracias, para pedir, como muestra de respeto, También en el
contexto de las prácticas de yoga como un saludo de encuentro o despedida,
generalmente tomado como una expresión de buenos deseos. Por otro
lado, dependiendo de la persona o la escuela, uno puede encontrar una gran
variedad de traducciones libres y profundas de Namasté, aunque la versión esencial
sería “mi alma se inclina ante su alma”.
Namasté se expresa de palabra y de acción. Generalmente
la palabra se acompaña de la acción con el gesto (o ”mudra o mudra del amor y
la amistad”) que se hace uniendo las palmas de las manos en forma de rezo,
colocándolas en el centro del pecho y con una pequeña reverencia.
Este gesto, o mudra, de las manos en forma de rezo y la inclinación de la
cabeza, estamos tácitamente reconociendo esta presencia divina en uno mismo y
en el otro. Esta acción es habitual en muchas religiones de influencia
indoeuropea, para dirigirse también a la divinidad. A veces las manos se juntan, debajo de la
barbilla, debajo de la nariz, o sobre la cabeza.
La acción del Namasté se despliega en tres niveles: el
mental, el físico y el espiritual. También podríamos considerar el importante
simbolismo de unir los dos lados del cuerpo, hemisferio cerebral izquierdo –
lado derecho del cuerpo, hemisferio cerebral derecho – lado izquierdo del
cuerpo, lo masculino y lo femenino, Yang/Ying. [Cada hemisferio cerebral
controla la parte opuesta del cuerpo humano]. Cuando tu mano derecha y tu
mano izquierda se encuentran en la posición de rezo en tu centro, te
estas alineando, no solo físicamente sino también espiritualmente. El
gesto en sí significa “Namasté”, aunque no digas la palabra.
Gassho es el término usado en los contextos
japoneses para este gesto de las manos, y con una inclinación reverencial más
amplia. El significado del saludo Namasté, sería bastante similar al otro
saludo utilizado ampliamente en la tradición tántrica y yóguica: Om Namah
Sivaya. El significado de Om Namah Sivaya sería algo así como: “me
postro ante la Presencia de Dios en ti y en mi”. También podríamos, en el
contexto occidental, asimilar este saludo a la palabra “Amén” tan utilizada en
el cristianismo. Realmente son la misma intencionalidad.
Así, más allá del aspecto estrictamente semántico de la
palabra Namasté, el aspecto filosófico-espiritual universal que la acompaña con
el gesto, le otorga un significado más profundo que viene a decir quien la
realiza:
“Yo
honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar
dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti
donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos
sólo Uno”.
El Namasté representa la creencia de que cada uno de
nosotros tiene una chispa divina en su interior: el Númen Sagrado. Tiene
que ver con la unión y conexión; cuando dices “Namasté”, estas
reconociendo la conexión de todos los seres vivos y homenajeando a la fuerza
superior que se encuentra dentro nuestro. El Namasté nos permite sentir
que no estamos solos en el mundo y nos hace comprender que tenemos que respetar
a todos porque son nuestros hermanos.
Si este saludo se realiza desde el corazón, se establece
una conexión genuina entre las personas, por encima de las expectativas y
máscaras sociales. Cada vez que hacemos el gesto de Namasté, debemos
sentir desde lo más profundo de nuestro ser que nos estamos reverenciando ante
otra alma, sin juzgar, sintiendo a esa otra alma que es una, contigo y con el
universo.
¡Namasté! Saludo el lugar donde tú y yo somos uno.
Fuente:
Blog “El Santuario del Alma”
No hay comentarios:
Publicar un comentario