jueves, 30 de septiembre de 2010

Arbol que crece torcido...

Arbol que crece torcido..."Arbol que crece torcido... nunca su rama endereza".
(Proverbio popular)

Y es este viejo proverbio el que suele escucharse cada vez que alguien comete algún error en edad madura… Suena bien, pero sólo para aquellos que se golpean en la misma ventana, como las moscas, porque un descubrimiento revolucionario prueba lo contrario.

La ciencia pensó por mucho tiempo que el cerebro no podía cambiar con el tiempo, pensaban que sólo se encuentra en constante decline y que ciertas funciones eran fijas, pensaron que cuando una parte del cerebro era afectada, entonces no existía solución alguna.

Con este pensamiento de un cerebro que no cambia, la gente quedó resignada al no cambio… y al estancamiento, y con esto, al “envejecimiento” en todo sentido.

Cuando el camino a casa presenta un problema en la ruta, generalmente buscamos alternativas para llegar a nuestro destino: caminos opcionales, rutas nuevas, puentes… etc. Y es así como funciona el cerebro. Es por esa razón que escuchamos historias de personas que siendo invidentes pueden desarrollar otros sentidos con mayor intensidad.

Bach-y-Rita es un prominente neuroscientista que descubrió que no vemos con los ojos, si no con el cerebro. Con esta convicción, este doctor promovió un campo de investigación que puede ayudar a los incapacitados a compensar órganos sensoriales dañados.

Michelle Mack’s nació con sólo un hemisferio cerebral, el otro nunca se le desarrolló. Con el tiempo, su mitad aprendió a vivir por sí misma, lee, ora y ama como cualquiera. “puedo tomar decisiones simples, pero no decisiones que requieran un pensamiento subjetivo” afirma sonriente.

Todos estos son ejemplos de cómo el cerebro puede, como una “plastilina”, acomodarse a nuevas situaciones, o buscar salidas… Lo único que sí se requiere es VOLUNTAD y motivación para “entrenar” al cerebro, al igual que entrenamos el cuerpo en un gimnasio, o con un deporte… Lo maravilloso es que este entrenamiento ¡se puede hacer a cualquier edad!

“Si tan sólo viviéramos en una habitación de nuestra casa como única experiencia, sabríamos sólo cuanto tiene esta habitación, nada más. "Para mantener el cerebro activo tenemos que aprender nuevas cosas, en lugar de tocar el mismo “cd” todo el tiempo", afirma el Dr. Merzenich’s.

A medida que vamos madurando, nuestro cerebro utiliza diferentes áreas para las mismas funciones cognitivas, haciendo que las personas de 60, por ejemplo, utilicen ciertas áreas del cerebro para ejercicios mentales que no utilizaban cuando tenían 16 (plasticidad).

Cuanto más educados seamos, podemos llegar a ser más sociales y activos. Cuanto más participemos en actividades mentales, tenemos mucho menos riesgo de desarrollar Alzheimer o demencia.

A esto se suma la actividad física (no necesariamente deportes, sino también caminatas, ejercicios aeróbicos, etc.) que crea nuevas neuronas, dándole oxígeno a nuestro cerebro para mantenerlo hermoso. ¡Ayudándole a ser aún más plástico!

Envejecer no es sólo un proceso de decaimiento y caída, como muchos jóvenes piensan. Gente anciana puede desarrollar nuevas habilidades, son mucho más sabios y sociales que cuando fueron jóvenes.

Ayuda bastante realizar los ejercicios del cerebro propuestos por Merzenich, pero claro, la vida no es sólo ejercicios, la vida también es disfrutar y ser todo cuanto un día quisiste ser, aprender con alegría no por una obligación, o por miedo a acabar loco. ¡Aprende todo cuanto quieras aprender por sentirte feliz!

Yo lo veo así: Dios te regaló un cerebro plástico para darte varias oportunidades al cambio en tu vida con un constante renacimiento… en toda ocasión. Para aprender de los errores del pasado, para ser mejor y no ahondarte en las penas; para cambiar lo negativo (depresivo, derrotista o cualquier cosa que creas no te esta ayudando) en ti, y cambiar a lo positivo (pleno, feliz, solidario, completo).

Para aprender constantemente de lo que te rodea y de tus experiencias, pues nadie puede experimentar lo que tú estás experimentando, y es por alguna razón. Para utilizar cada herramienta a nuestro alcance para progresar.

No vemos con los ojos, sino con el cerebro, quizás eso explica para mí que los ojos sean el reflejo del alma y más bien sirvan para que otros vean quién eres, y tú puedas ver en ellos su maravillosa existencia.

Observa con sabiduría, date la oportunidad de cambiar, si es necesario motívate a ser todo cuanto quieres ser, pues ¡tu eres la plastilina de tu propia vida!... y vale mucho más que seguir golpeándote con la misma ventana.

Mary Fasano ganó un diploma en Harvard a sus 89. David Ben Gurion, aprendió griego cuando fue primer ministro de Israel. A los 90, el arquitecto Frank Lloyd Wright, diseñó el Guggenheim Museo. Benjamin Franklin inventó los bifocales a los 78.

Y si te estás diciendo: ¿ya para qué? ¿Qué ganaría a estas alturas? Tu pobre cerebro queda resignado a vivir sin plasticidad e inflexible porque tu así se lo exiges, y te debe mirar apenado… Porque es verdad que puede aprender a ser inflexible para siempre… ¡tú se lo estás obligando!

Cuando Pablo Casals, un gran músico, ya tenía 91 años y aún practicaba, uno de sus estudiantes le preguntó ignorando muchas cosas: “¿pero, por qué continúa practicando?” A lo que Casals respondió: “Porque estoy progresando”…

Progresa, ama, cambia, renace… porque esta es tu más importante oportunidad... La vida que llevas.... Ama la vida, tal y como se te da, con sus retos, penas, experiencias… ¡y oportunidades!

(Anónimo).

1 comentario:

Liliana González dijo...

Ojalá de verdad, los seres humanos no nos resignáramos NUNCA a dejar de "VIVIR PLENAMENTE" cada día, sin lugar a dudas, seríamos más felices y moriríamos con la satisfacción de haber vivido a plenitud, sin cuentas pendientes!

Liliana...