El Universo Te Alimenta...

Neblina:
¡Hola Chispita! ¡Qué gusto volver a verte! Además, con el título de esta plática, siento verdadera “hambre” por saber de qué se trata!

Chispita:
Verás, querida amiga, las teorías no nos sirven de mucho si no llevamos el conocimiento a la práctica.

Neblina:
¿Por qué dices eso, Chispita?

Chispita:
Conozco a una persona a quien aprecio mucho, es muy empeñosa, y procura siempre ser mejor en todos los sentidos. Le gusta dar a los demás y le agrada que los demás de vez en cuando se lo reconozcan. Pero…

Neblina:
Pero qué, Chispita?

Chispita:
Dedicada tanto tiempo a dar a los demás, se olvida que vive en este mundo material y tridimensional aún, y de pronto le surgen facturas qué pagar. Siente entonces que su sustento económico no es lo suficiente, se angustia, y ese desasociego repercute en su vehículo físico –su cuerpo. Concluye que sus “defensas” económicas ante la vida andan bajas y, automáticamente, se le declara una muy baja energía del bazo-páncreas, ¡órgano ligado precisamente, según la Metafísica, al sistema inmunológico!

Neblina:
¡Qué interesante Chispita! Pero cómo resolver ese problema?

Chispita:
Aplicando de verdad nuestra apertura de conciencia.

Neblina:
¿De qué forma?

Chispita:
El gran Maestro Jesús lo señaló al decir: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”… Cuando comprendemos que somos espíritus, no cuerpos, nos liberamos para siempre de temores. ¿Te imaginas a Cristo con una gripe espectacular, con una afección en el hígado, o algún otro problema físico?

No, porque él se sabía auténticamente “Hijo del Padre”. En su mente, ni por un instante podía caber la duda. Pasó por este plano sin codiciar ni ambicionar “tesoros materiales”. Bien sabía que “Su reino no era de este mundo”. Y, por lo tanto, nunca se preocupó de su provisión material. Sabía que ante cualquier cosa que necesitara, bastaba con pedirla al Padre y él se la daría.

Neblina:
Pero es que Cristo era Cristo…

Chispita:
Cristo quiere decir “Hijo de Dios”, él lo sabía y se reconocía todo el tiempo cerca de él. A nosotros se nos olvida, sobre todo en estos momentos en que con el cambio de vibración hacia otra dimensión, necesitamos vigilar más nuestros pensamientos porque éstos, cada momento que pasa, cobran más fuerza. Así es que cuidado con lo que decimos porque, para nuestro bien… o nuestra mala fortuna, ocurrirá lo que digamos.

Neblina:
¿Por ejemplo?

Chispita:
Si sueles decir: estoy lleno de deudas, no sé para cuándo podré salir de ellas… o si abrigas temor de que mañana no se aparezca cliente alguno en tu negocio… o que no te paguen a tiempo las notas pendientes, todo eso se manifestará.

Neblina:
Tienes razón, Chispita, pero no es tan sencillo mantenernos todo el tiempo en el lado positivo…

Chispita:
Volvamos a Cristo cuando dijo: “Si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ¡muévete de aquí... y lo lograrían".

Neblina:
¿Y tú tienes fe en que el mundo pueda cambiar?

Chispita:
No sólo puede cambiar, sino que ya está cambiando. Toda esta ola de conciencia comenzó por los años ‘70s, cuando el occidente se abrió a la cultura de la meditación, convirtiéndose ésta en una práctica cotidiana para muchas personas.

Posteriormente, alrededor de la década de los 90’s surgió muy fuerte la idea del pensar positivo, lo que nos ha traído al conocimiento de que somos co-creadores con Dios o el Universo, del mundo y las circunstancias que vivimos.

Neblina:
¡Y es por eso que el Universo nos alimenta!

Chispita:
¡Exacto!, Neblina. Ya no podemos dudar. Nuestro mundo es nuestra responsabilidad. Y por eso el vigilar constantemente nuestros pensamientos, es primordial. ¿Qué estoy pensando? ¡Atención! Porque eso mismo estoy atrayendo a mi vida! Me gustaría recordar aquí unas sabias palabras de Louise Hay, en su libro “Tú Puedes Sanar tu Vida”:

“En la infinidad de la vida donde me encuentro, todo es perfecto, pleno y completo. Soy uno con el Poder que me creó. Estoy totalmente abierto y receptivo a la abundante corriente de prosperidad que el Universo ofrece. Todas mis necesidades y deseos son satisfechos aún antes de pedirlos. Soy guiado y protegido por la Divinidad, y opto por aquello que me beneficia.

Me regocijo ante el éxito de otros, a sabiendas de que hay suficiente para todos nosotros. Constantemente incremento mi conocimiento consciente de la abundancia, y esto se refleja en mis ingresos constantemente incrementados. Mi bien proviene de todas partes y de todos. Todo está bien en mi mundo…”

Neblina:
¡Qué bellas afirmaciones, Chispita! Además me encanta que me recuerdes que el Universo me alimenta…

Chispita:
Siempre y cuando, en todo momento, alimentes tu Universo Interno con luz y pensamientos positivos! ¡Recuérdalo siempre!

Elvira G.
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