Capricornio y el Padre

Recordemos que Capricornio es el esqueleto y/o la columna vertebral de todo lo que existe en el sistema solar. Es el que mantiene y el que sostiene. Es la piedra angular de lo que existe, y en nuestro cuerpo camina por los huesos del cuerpo.

Capricornio está regido por Saturno, el Señor de las Leyes y las estructuras. Acaso el más estricto de los planetas, al acoger una forma de justicia que es tan ecuánime como contundente. Pero hoy vamos a percibir también a CAPRICORNIO como el representante del PADRE.

En efecto, el primer signo de tierra, simboliza al PADRE, tanto al físico, como al ESPIRITUAL, o DIOS. En virtud del principio “lo que es arriba, es abajo” nuestro padre y nuestra relación con Dios Padre, es la misma. Es tan importante llevarse bien con el padre de nuestra encarnación actual (tanto si está encarnado o no) que es el primer gran logro alquímico para nuestra Ascensión.

Padre, en esta vida puede ser tanto el biológico, como el que hemos considerado nuestro padre, ya que muchos no han conocido a su padre biológico. El Padre representa la fuerza, la protección, el refugio, la solidez, el amparo y las leyes que hemos de seguir para nuestras metas profesionales y también espirituales.

Si hemos tenido un padre duro, es justo lo que nuestro camino espiritual ha elegido. Si nos ha tocado un padre con graves problemas, de algún tipo, es lo mejor para nuestra evolución.

Pero la máxima que hemos de considerar, desde hoy, sin dudar, es que MI PADRE ES PERFECTO COMO ES, y sobre todo, que yo, su hijo, no soy nadie ni para criticarle, ni para juzgarle, ni para condenarle. Es muy importante esta premisa si deseo alcanzar mi ascensión.

Otro oculto secreto al respecto es que yo no soy nadie para perdonar a mi padre, pero le pido perdón por lo que le haya infringido. Recordemos que, antes de venir a la Tierra, incluso siglos antes (en términos del tiempo lineal de la tierra) nuestros Ángeles Archiveros, y el Consejo del Karma, preguntan a nuestra ALMA DIVINA, cuáles son las cosas que queremos aprender en la tierra, y las experiencias que deseamos vivir.

Cuando, libremente hemos elegido tales experiencias, nuestros Ángeles del Destino, nos buscan a la perfecta madre, y al perfecto padre para esta encarnación. Entonces, nos entrevistamos, por así decirlo, con esas almas, para pedirles que, al bajar a la tierra, nos tengan como hijos y nos permitan vivir las experiencias que necesitamos, incluso, a veces, las experiencias más duras y dolorosas que podamos pedir para nosotros mismos.

Ellos, con su amor incondicional, llegan a la tierra, sabiendo, en el interior de su alma, que un día, tendrán este hijo que le pidió vivir esas experiencias, y lo harán con suma perfección. Al padre se le suele dar el papel más duro, y a la madre el más amoroso.

Ambos papeles son muy difíciles habitualmente, pero se hacen con sumo cuidado y perfección. De tal forma que si al alma que será en el futuro nuestro padre, le pedimos que no nos permita ni abrir la boca, tendremos un perfecto padre dictador, que no nos permitirá nada de nada.

Si alguna vez te has quejado de tu padre en esta vida, empieza a pensar que sólo tú creaste a ese guión que en esta vida es tu padre para tí. De hecho, a veces no sabemos por qué, en ocasiones, un padre que para un hijo es un santo, para otro es un diablo.

Pues bien, cada hijo, antes de nacer, le pidió esto que él es. Por ello, repito, no sólo no he de juzgarle o criticarle, o atreverme a decir que le perdono, sino que por encima de todo, le pido perdón, en primer lugar por haberle dado un papel tan duro en mi vida, y en segundo lugar porque la relación que tengo o haya tenido con él, es la relación con mi espíritu divino masculino, o de otra forma dicho, con Dios Padre.

Por favor, creedme lo importante que es el mandamiento divino: “Honrarás a tu Padre y a tu Madre”, que no pertenece a ninguna iglesia o religión concreta, sino a las leyes universales del amor y la luz. Hoy homenajeamos al Padre, a todos los padres de la creación, y les honramos, y les bendecimos, y les damos las gracias.

Pepe León
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