¿Amigo o enemigo?

¿Tu mejor amigo es el primero que llama el día de tu cumpleaños? ¿El que es capaz, si es preciso, de quedarse a cuidar de ti toda una noche en el hospital? ¿El que te prestó una buena lana cuando te quedaste sin trabajo y tenías una imperiosa deuda qué pagar? ¿Quien te ayudó a conseguir ese tan codiciado puesto de trabajo? ¿O quien te escucha pacientemente cuando estás triste o alicaído?

¿Por otra parte, a quién le das el título de "tu peor enemigo"? ¿A quien resulta muy creativo para desprestigiarte en el trabajo? ¿O aquél a quien no le importó involucrarte en un fraude fiscal? ¿El que roba tus ideas y las publica como suyas? ¿O quien te injuria y critica cuanto emprendimiento puedas tener?

Olvídate de ellos y ponte frente al espejo: ahí tienes a los dos. Esos dos personajes habitan en tu interior. Porque nada ni nadie te minimiza. Nadie ni nada te hiere. Nadie ni nada te roba tus ideas. Tú mismo te boicoteas. No necesitas que mimos y reconocimientos vengan de fuera. Necesitan surgir de dentro, de tu propia autovalía.

Eres, mi joven amigo, un radiante Ser de Luz. Capaz de revelar las bondades y cualidades del Padre en todo momento. Sólo necesitas volverte amigo de ti mismo. Deja de exigirte tanto. Aprecia todos tus dones y cualidades. Son únicos. No eres ni mejor ni peor que nadie más. Eres algo mejor: eres singular, eres tú mismo. Nadie más recorre ahora el mundo que sea como tú. ¡Celébralo!

Eres un singular y preciado tesoro. Edifícate, sin envanecerte. Sé paciente contigo, sin llegar a la indulgencia. Sí, tropiezos y caídas surgen de vez en cuando. Aunque recuerda: en ocasiones hasta las águilas necesitan de un empujón. Y tú eres un águila jugando a volar bajo. Cuando realmente te ames a ti mismo, nada te detendrá.

No te preocuparás más por el exterior. Porque habrás comprendido que el mayor amigo y el peor de tus enemigos se albergan en tu propio fuero interno. Depende de ti con quien de ellos te encuentres día a día.  ¿Qué personaje representarás para ti mismo el día de hoy: ¿amigo o enemigo? ¡Tú decides hacia dónde inclinas la balanza!

Elvira G.