Por Julio Andrés Pagano
Desde el punto más sombrío
de mi mundo interior, envío delicadas burbujas que viajan hacia mi parte
consciente, creando un colorido y luminoso puente por donde afluye la
comprensión. Es mediante esta armónica reconexión que celebrando abro, de par
en par, mi corazón, para bendecir y honrar lo aprendido en este maravilloso
recorrido por la tercera dimensión, ya que no es batallando como logramos
iluminar, sino aceptando y amando nuestra propia oscuridad.
Al comenzar el proceso de
transformación, una pequeña chispa de amor se encendió y poco a poco nos
permitió tomar conciencia sobre la deshumanización que imperaba. Gracias a esa
luz interior, que hacia afuera iluminaba, sentimos que lentamente lo que nos
rodeaba se aclaraba. Así fuimos dando pasos y aprendimos a confiar. También nos
animamos a alentar e hicimos un considerable esfuerzo para permanecer
despiertos, al tiempo que nuestra luz se acrecentaba.
A pesar del duro trabajo,
desterrando la oscuridad, vemos que aún queda tarea por realizar, y eso nos
lleva a preguntar en qué fallamos. La respuesta sincera, a este interrogante,
conduce a la introspección, y es la sabia voz del corazón quien nos responde:
“En el mágico camino de la vida no hay errores. Todo es aprendizaje. Lo que
falta integrar son tus partes dormidas, que en el mundo externo se muestran,
como si fuesen oscuras, para que puedas iluminarlas amando”.
Esta respuesta nos permite
rememorar que lo que vemos fuera es la prolongación de nuestro mundo interno,
de ahí que en cada uno de nosotros exista el poder de cambiar la realidad. Por
eso, en vez de insultar, enojarnos y criticar por el entorno en que vivimos,
podemos abrirnos y sanar nuestras desarmonías internas, que proyectan
inconsciencia. Todo es Uno. La oscuridad es funcional a la luz. Si estamos
alertas, su marcado contraste nos ayuda a ser más conscientes.
Si todos nos hacemos cargo
de la bella responsabilidad que implica nuestro poder co-creador, sólo habrá
lugar para el amor manifestándose en múltiples y creativas formas. Por eso es
que, hoy, volviéndome más consciente de lo que puedo generar, sonriendo elijo
plasmar sensibles burbujas, cristalinas y relucientes, que desde mi parte
iluminada retornan hacia el punto más sombrío de mi mundo interior, para abrazarlo
con infinito amor y de todo corazón agradecerle.
Visitá: http://www.julioandrespagano.com
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