sábado, 11 de agosto de 2012

Iluminando...

Por Julio Andrés Pagano


Desde el punto más sombrío de mi mundo interior, envío delicadas burbujas que viajan hacia mi parte consciente, creando un colorido y luminoso puente por donde afluye la comprensión. Es mediante esta armónica reconexión que celebrando abro, de par en par, mi corazón, para bendecir y honrar lo aprendido en este maravilloso recorrido por la tercera dimensión, ya que no es batallando como logramos iluminar, sino aceptando y amando nuestra propia oscuridad.

Al comenzar el proceso de transformación, una pequeña chispa de amor se encendió y poco a poco nos permitió tomar conciencia sobre la deshumanización que imperaba. Gracias a esa luz interior, que hacia afuera iluminaba, sentimos que lentamente lo que nos rodeaba se aclaraba. Así fuimos dando pasos y aprendimos a confiar. También nos animamos a alentar e hicimos un considerable esfuerzo para permanecer despiertos, al tiempo que nuestra luz se acrecentaba.

A pesar del duro trabajo, desterrando la oscuridad, vemos que aún queda tarea por realizar, y eso nos lleva a preguntar en qué fallamos. La respuesta sincera, a este interrogante, conduce a la introspección, y es la sabia voz del corazón quien nos responde: “En el mágico camino de la vida no hay errores. Todo es aprendizaje. Lo que falta integrar son tus partes dormidas, que en el mundo externo se muestran, como si fuesen oscuras, para que puedas iluminarlas amando”.

Esta respuesta nos permite rememorar que lo que vemos fuera es la prolongación de nuestro mundo interno, de ahí que en cada uno de nosotros exista el poder de cambiar la realidad. Por eso, en vez de insultar, enojarnos y criticar por el entorno en que vivimos, podemos abrirnos y sanar nuestras desarmonías internas, que proyectan inconsciencia. Todo es Uno. La oscuridad es funcional a la luz. Si estamos alertas, su marcado contraste nos ayuda a ser más conscientes.

Si todos nos hacemos cargo de la bella responsabilidad que implica nuestro poder co-creador, sólo habrá lugar para el amor manifestándose en múltiples y creativas formas. Por eso es que, hoy, volviéndome más consciente de lo que puedo generar, sonriendo elijo plasmar sensibles burbujas, cristalinas y relucientes, que desde mi parte iluminada retornan hacia el punto más sombrío de mi mundo interior, para abrazarlo con infinito amor y de todo corazón agradecerle.


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