Estando en la "búsqueda espiritual" tendemos a pensar que el simple hablar sobre un conflicto o poner nuestra atención en él, es alentarlo. Sin embargo acabo de leer esto en Facebook: "A veces, lavándonos las manos, nos ensuciamos la consciencia". Tal vez estando incluso del otro lado del mundo pensemos que no podemos hacer nada al respecto del conflicto Palestina/Israel.
Sin embargo, sabiendo que somos seres energéticos y que nuestros pensamientos y buenas vibraciones pueden cambiar nuestro entorno, les comparto esta estremecedora Carta a Obama, de un Médico en un hospital de Gaza. Súplica desgarradora a la que, estoy segura, todos podemos ayudar con oraciones. Dios les bendiga, Dios bendiga a Gaza y al mundo!
Elvira G.
Mads Gilbert, un cirujano noruego de 67 años que opera
voluntariamente en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Shifa en
Gaza, le invitó en una carta al presidente estadounidense, Barack Obama, a pasar una noche en el hospital de Shifa.
“Estimado Obama, ¿Tiene usted un corazón? Le invito a pasar
una noche, sólo una noche, en el hospital de Shifa”
Gilbert, que le dirigió la pregunta a Obama, anunció al
mundo las condiciones en Gaza mediante una carta.
“Nadie con un corazón y poder podría alejarse y dar la
espalda a lo que se vive en el hospital en Shifa sin tomar la decisión de poner
fin a la masacre del pueblo palestino”.
Queridos amigos y amigas:
La noche pasada fue extrema.
La “invasión terrestre” de Gaza resultó en decenas de
furgones con palestinos y palestinas con todo tipo de heridas, mutilados,
destrozados, desangrándose, temblando; de todas las edades, todos civiles,
todos inocentes.
Los héroes en las ambulancias y en todos los hospitales de
Gaza están trabajando turnos de 12 y 24 horas, grises por el cansancio y la
carga inhumana de trabajo (sin haber recibido ningún pago en Shifa en los
últimos cuatro meses).
Ellos atienden, derivan, tratan de entender el
incomprensible caos de cuerpos, de tamaños, de miembros, de seres humanos que
caminan, o no pueden caminar, que respiran, que no pueden respirar, que se
están desangrando, y que no se desangran. ¡SERES HUMANOS!
Hoy, una vez más tratados como animales por “el ejército más
moral del mundo” (sic).
Mi respeto por los heridos es infinito, en su sobria
determinación en medio del dolor, la agonía y el shock .
Mi admiración por el personal y los voluntarios es infinita
también.
Mi cercanía al sumud palestino me da fuerzas, aunque por
momentos solo quiero gritar, abrazar fuerte a alguien, llorar, oler la piel y
el cabello cálido de un niño cubierto de sangre, protegernos a nosotros mismos
en un abrazo sin fin…
Pero no nos podemos permitir eso, y ellos tampoco.
Caras cenicientas… ¡Oh, no! No más cargas de decenas de
mutilados y sangrantes… todavía tenemos lagos de sangre en el suelo en la sala
de emergencias, pilas de vendas empapadas en sangre para limpiar…
Oh, los limpiadores… en todas partes, quitando rápidamente
la sangre y los tejidos descartados, el pelo, la ropa, las cánulas… los restos de
la muerte… todo quitado del medio… para ser preparado nuevamente, para que todo
se repita.
Más de 100 casos llegaron a Shifa en las últimas 24 horas. Ya bastante para un gran hospital bien entrenado y equipado
con todo lo necesario, pero aquí… casi no hay nada. No hay electricidad, ni agua, ni materiales desechables, ni
medicamentos, ni mesas de operación, ni instrumentos, ni monitores… es como si
todo hubiera sido sacado de museos de hospitales del pasado.
Pero estos héroes no se quejan.
Ponen manos a la obra, como guerreros, de frente,
inmensamente resueltos.
Y mientras les escribo estas palabras, solo, en una cama,
derramo lágrimas, cálidas pero inútiles lágrimas de dolor y de pena, de enojo y
de miedo.
¡Esto no puede estar pasando!
Y entonces, justo ahora, la orquesta de la máquina de guerra
israelí comienza de nuevo su espantosa sinfonía: salvas de artillería desde los
barcos de la marina en la costa, los rugientes F16, los drones enfermantes (los
“zennanis” árabes), los hummers y los molestos Apaches.
Todo, demasiado, hecho y pagado por los Estados Unidos.
Señor Obama: ¿tiene usted corazón?
Yo lo invito: pase una noche, sólo una noche con nosotros en
Shifa.
Tal vez disfrazado de limpiador.
Estoy 100 por ciento convencido de que cambiaría la
historia.
Nadie con corazón y –además– con poder, podría marcharse de
una noche en Shifa sin la decisión de ponerle fin a la masacre del pueblo
palestino.
Pero los crueles y despiadados han hecho sus cálculos y han
planeado otro ataque sobre Gaza.
Los ríos de sangre van a seguir corriendo la próxima noche. Puedo escuchar que han afinado sus instrumentos de muerte.
Por favor , Hagan lo que puedan !
Esto, ESTO no puede continuar.
Mads Gilbert. MD PhD
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