miércoles, 19 de septiembre de 2012

La Estrella Sirio


En las noches estrelladas, llama la atención la estrella más brillante del firmamento. Después del planeta Venus, Sirio es la más destacada luminaria que nos deslumbra con su hermoso fulgor. Su parpadeo blanco azuloso, en cercanías de la Constelación de Orión nos ayuda a identificarla. Se encuentra muy cercana a nuestro sistema solar, a solo 8.6 años-luz, lo que la hace vecina de nuestro mismo barrio sideral.

A diferencia del Sol que es una estrella simple, Sirio es una estrella triple. Esto quiere decir que existe una estrella central, alrededor de la cual giran otras dos más pequeñas. Las tres forman el núcleo estelar que sostiene un sistema planetario mucho más amplio que el nuestro. Son 52 planetas que orbitan alrededor de esta estrella triple. Este conjunto es lo que llamamos: El Sistema Sirio.

La estrella Sirio ha sido, desde épocas inmemoriales, parte de las tradiciones de antiguas civilizaciones que tuvieron conocimiento de su relación con nuestro mundo y tal vez contactos directos con algunos de sus moradores. Entre ellos están los chinos, los babilonios, los dogos, los hopies y, en forma muy especial, los egipcios. Estos últimos dejaron testimonio de su afinidad, en sus grandes construcciones y en sus jeroglíficos. En su mitología, la diosa Isis era identificada con este astro.

¿Cuál es el sentido de la relación del Sistema Sirio con el Sistema Solar y en concreto con nuestro mundo, la Tierra? Resulta que en el universo en general y en nuestro Sistema Pléyades en particular, sistemas más avanzados hacen de tutores de los que están más atrás. En el Sistema Sirio hay mundos de muy alta vibración donde habitan sabios que, en sus amores, protegen, guían y ayudan a otros sistemas de vibración más baja, como el nuestro. Durante todos los tiempos históricos, y aún antes, hemos sido los protegidos de los sirios.

Los sirios a su vez, están amparados por seres de otro sistema que corresponde a estrellas de la Constelación de Orión. Dentro de esa línea, ellos también tienen una influencia muy importante en los destinos del Sistema Solar y en concreto del planeta Tierra que nosotros habitamos.

Muchos de los mundos del Sistema Sirio están habitados. Los hay en tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima dimensión. Los seres que vibran de la quinta dimensión en adelante, ya no poseen egoísmo, viven en el amor universal y por ello pertenecen a la categoría de Maestros. Ellos son los que acuden a nuestro mundo y a muchos otros para dar sus amorosas ayudas. Entre ellos merecen destacarse los que más influyen en la Comunidad de los Sirios, de la que luego hablaremos.

Sea ésta una escueta enumeración de los principales: Sananda o Ananda en Sirio, que para nosotros es más conocido como Jesús. Safio, en sus vidas humanas como Isis y María. El Moria que fue Abraham, Jacob y Moisés. Germán que vino hace muchos años como Hermes. Maitreya, Kuthumi, Sanat Kumara. Katha que encarnó en Esen, el padre de los Esenios. Gabriel, Miguel y las cortes angélicas.

Todos ellos y muchos más han jugado papeles definitivos en la historia de la humanidad. Desde tiempos prehistóricos vienen ayudando al planeta. En épocas muy remotas sembraron nuestro mundo con plantas traídas de sus mundos, que dieran alimento a animales y posteriormente a humanos. Ejemplos emblemáticos son el trigo y las uvas, entre otros. También trajeron animales, tales como el caballo, el perro y las abejas.

También han sido los grandes enseñantes, a través de las culturas. En este aspecto es en el que su labor ha sido más definitiva. Su tutelaje se remonta a los albores de la Atlántida, cuando sirianos de la tercera dimensión, remanentes de una gran Guerra Cósmica, se refugiaron en ella, en ese entonces, Continente de Atlantis, hoy hundido en el océano Atlántico. El auge de su civilización fue el fruto de la asistencia de los Maestros Sirios.

Cuando el hundimiento total era inminente, Toth el atlante y sus acompañantes, se internaron en la tierra de los Kems, pueblo primitivo que fue elegido por la poderosa fuente de luz que en su territorio se irradiaba. Hoy es el bajo Egipto, en la raíz del delta del Nilo. Fundaron entonces una colonia que perpetuaría sus conocimientos y establecieron, en roca sólida el monumento equilibrante de las fuerzas del planeta: las tres famosas pirámides. Atlántida era experta en la tecnología piramidal, heredada de la sabiduría siria.

Con los años Toth volvió a tomar cuerpo humano. Lo llamaron Hermes, el tres veces grande, quien además de alquimista, astrólogo y mago, fue el diseñador e iniciador de la Gran Pirámide. Las más profundas enseñanzas fueron las entregadas a la posteridad por este sapiente enviado de los mundos sirios.

Muchas escuelas, denominadas más tarde como herméticas, guardaron estos conocimientos; pero su más puro custodio fue un hijo de Enoc y primo de Matusalén llamado Esen. En su honor, la comunidad por él fundada, recibió el nombre de “Los Esenios”. Ellos guardaron celosamente los secretos de Hermes, cuidando de que la verdad no fuera distorsionada, como tantas veces ha ocurrido.

Patriarcas venerables como Abraham, Jacob y Moisés conservaron la enseñanza siria.

Con el pasar de los tiempos los Esenios decayeron y el conocimiento se diluyó en las burdas versiones de la tradición popular. Por designio de los Padres de Sirio, vino con los años un gran restaurador: Melchor. Este convocó a seres conscientes de su época y, en cuevas, a orillas del Mar Muerto, fundó de nuevo la comunidad esenia. Su misión más destacada fue ser el tutor y enseñador de Jesús, quien al comenzar su vida pública se había convertido en el más excelso de todos los Esenios.

Con la partida de Jesús a sus mundos sirios, la sabiduría de Hermes volvió a oscurecerse ante la raza humana. En nuestros tiempos, reaparece el conocimiento, en los umbrales de la llegada de la luz de Alción que es la estrella central del sistema Pléyades a donde pertenecen la estrella de Sirio, nuestro Sol y 1402 estrellas, para hacer grandes misiones que promueven un nuevo despertar. Es así como comienzan a develarse nuevamente las profundas razones de la vida humana, enmarcadas en principios universales. Es cuando aparecen instituciones como la Casa de Sirio, que no es otra cosa que una escuela esenia que trae nuevamente la sabiduría antigua a través de sus tutores sirios.

1 comentario:

Carlos Proaño dijo...

Hola hermanos del alma. Com el deseo de unificar todas las energias de Sirio, deseo pertenecer a la escuela esenia mencionada. Por favor escribirme para direccionarme a:
ag7cpc@gmail.com