sábado, 19 de diciembre de 2009

Esferas Frágiles



En medio de tanta infelicidad, de tanta angustia circundante, volvemos a replegarnos sobre nosotros mismos para preguntarnos: ¿por qué habrá tanta ceguera en el mundo? ¿Por qué tanta energía mal canalizada? ¿Por qué tanto derroche de fuerzas que en lugar de elevarse se van pendiente abajo? El hombre sería feliz si aprendiera a no depender tanto de lo externo y se centrase, por el contrario, en sus propias fuerzas. Da pena constatarlo y mayor tristeza aún cuando nos damos cuenta de que no podemos hacer nada por remediarlo. ¿Cómo tender la mano a aquellos a quienes tal vez podríamos ayudar? ¿Por qué a veces algo nos impide ser sinceros y espontáneos? Ante la amenaza de una vida que desea apagarse para siempre, nos quedamos inertes, callados, apáticos, ajenos. ¿Por qué no podemos acercarnos a aquellos que nos interesan? ¿Es acaso ese mismo interés que nos vuelve temerosos? ¿Cómo ayudar a esa persona en especial a ganar un poquito de luz?

Hoy se ha esfumado una quimera…

Navidad, felicidad, tranquilidad, son sólo palabras que se nos quedan huecas, vacías, sin sentido si no las vivimos. Yo no sé qué tanto puedo llevar en mi alforja, pero tal vez podría compartirlo con mi vecino. ¡Si tan sólo él me lo pidiese! Pero el hombre anda tan preocupado consiguiendo dinero, vanos placeres, aturdimientos pasajeros que una vez esfumados vienen a dejarle una terrible sensación de vacío. Estamos aún en la obscura cueva, debatiéndonos entre los múltiples barullos de la existencia. Los más sensibles son los que más se angustian. Lo que más adquieren conciencia de su insapiencia, de sus tinieblas.

¿A dónde vas? ¿Qué camino llevas?

Es difícil llegar al hombre que zozobra en la inquietud y la congoja. A ese hombre que se aferra a cualquier asidero creyendo que eso le podrá salvar de la tragedia. Habría que comenzar desde el principio, y el camino se vuelve entonces tan largo y tan pesado…

Hoy se ha roto una esfera…

Afuera es Navidad. Hay letreros que hablan de felicidad por doquier y dentro de los corazones de los hombres la luz pareciera carente por completo. El hombre tiene miedo. Un miedo terrible por la muerte, y sin embargo se está entregando irremisiblemente a ella, como un hombre consumido por el deseo se entrega a la amante cualquiera buscando pasar el momento. No es adentrándose en las habitaciones más obscuras de la casa que el hombre va a encontrar la luz… y sin embargo lo hace porque es más fácil caer que levantarse. La estatura del hombre se mide no por las veces que se deja llevar por sus instintos, gritando e insultando y atemorizando a los demás… la estatura del hombre se mide por la frecuencia con que puede vislumbrar los alcances de sus actos… Siendo semilla de luz, el hombre se convierte en bocanadas de tristeza.

Hoy se ha revelado una estrella…

Sin embargo, estuvo conmigo anoche. Era una voz extraña. Era quizás un ángel. Me dejó un mensaje. Me dijo que la palabra siempre fecunda en terreno fértil. Que la verdad llega siempre a quienes quieren encontrarla. Que ningún hombre ha nacido ni sordo ni ciego, y que sólo adquieren esa tara los hombres que eligen sumergirse en las tinieblas. Me dijo que había que convertirse en rayo de luz. Ningún hombre se hunde porque Dios lo quiera así. Son ellos mismos quienes eligen su camino, y su caída o elevación. ¿Por qué te atormentas, alma en tinieblas? –me dijo la voz- ¿no has comprendido aún que cada ser es un Dios en potencia? Preocúpate de ti mismo. Si alguien se acerca por tu camino a pedir ayuda, tiéndele la mano. Pero no vayas por el mundo lamentándote por aquellos que han querido perderse a sabiendas de lo que están haciendo. Si esos hombres tienen, aunque sea de vez en cuando, destellos de luz, lo único que te queda es desearles que fortifiquen su fe y sus fuerzas. Nadie más que el hombre mismo para elevarse o desplomarse.

Hoy, ¡por fin!, se ha encendido una estrella…


Elvira G.

® Derechos Reservados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wow!!
Hermoso realmente, las palabras presisas para estos instantes. !Gracias Elvi¡, por escribir cosas como estas... y que se sigan y sigan encendiendo estrellas. :)

Un abrazoote!!:)

Joce